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¿Qué es la ansiedad depresiva y cómo sé si la padezco?

Una persona que padece de ansiedad debe enfrentar constantemente la llegada de múltiples síntomas, entre los cuales muchas veces se encuentran aspectos más fuera de lo común de lo que se estimaría por costumbre para esta clase de padecimiento emocional.

La presencia de estos síntomas o variaciones en el trastorno, ha hecho que los expertos lleguen a la conclusión de que, en realidad, la ansiedad es un problema mucho más complejo de lo que parece, al punto de que, de ella, se pueden encontrar diferentes subtipos.

Uno de ellos es ansiedad depresiva, una clase de estado ansioso que puedes estar enfrentando sin saberlo. Para entenderlo mejor, en este tema, te explicaré algunos aspectos básicos que lo comprenden, como qué es, sus síntomas, causas, y qué tipo de tratamiento ayuda a combatirlo.

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Índice de contenidos📚:

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Cuadro de ansiedad depresiva: ¿Qué es esta clase de patología?

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La ansiedad de tipo depresivo, también conocida como trastorno ansioso depresivo, es un padecimiento un poco fuera de lo común en cuanto a su concepto general. Se le considera un tipo de problema emocional mixto, ya que, en él, se combinan los elementos que componen a dos de los trastornos del estado de ánimo y conducta más frecuentes de la actualidad.

En ella, quienes la padecen, no solo deben enfrentar la sintomatología y diagnóstico que caracteriza a un estado ansioso convencional, sino que también los puntos que definen a un paciente que sufre de depresión.

Su punto más característico, es que, al analizar los síntomas, no se puede definir qué grupo es el que tiene una mayor predominación, ya que, en general, llegan siempre a la misma medida. Por ello, se suele crear una confusión bastante clara de cuál de ellos es el que estás enfrentando antes de llegar al diagnóstico final.

Un momento… ¿Depresión y ansiedad al mismo tiempo? ¿Qué diferencias hay entre cada una por separado y el trastorno conjunto?

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Como habrás notado al leer los síntomas de trastorno depresivo con ansiedad, estos tienen una gran cantidad de elementos en común que puedes notar tanto en la depresión general, como en la ansiedad más frecuente.

Presentar algunos de ellos, es tomado como un signo de alarma, pero así como puede ser indicativo de este problema emocional, también lo puede ser de otros. Lo que hace que, para descartarlo, sea necesario que entiendas un poco sobre qué diferencia a una persona que tiene ansiedad frente a alguien con depresión.

En sí, hay una gran principal diferencia entre ambas, la cual está relacionada a la alteración del nivel energético que genera cada una.

Por un lado, la depresión es un problema que afecta tu estado de energía de forma negativa, causando que empieces a desarrollar lo que se conoce como anhedonia, la cual es una forma de llamar a la falta de energía que viene acompañada con una decadencia en tu empuje vital, la que nunca aparece en personas que padecen de ansiedad.

En este grupo, en cambio, es mucho más habitual la hiperactivación, que se expresa mediante una sobreexitación que se da por la tendencia que tiene todo paciente con ansiedad a anticipar todo lo que está a punto de ocurrir en su vida. A esta activación excesiva, le acompaña un aumento en el nivel de energía que, aunque no será usada, representa una muy marcada diferencia frente a la depresión.

Ahora que sabes que es la depresión y ansiedad cuando se presentan juntas, ¡mantente atento y busca ayuda apenas notes que algo no está bien!

¿Qué causa la depresión ansiosa?

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Esta clase de trastorno de estado de ánimo, que, como habrás notado, no puede clasificarse como ansiedad ni como depresión, suele generar muchas dudas en cuanto a su causa, ya que muchos quienes la padecen constantemente se cuestionan qué han hecho para terminar enfrentando una situación tan compleja en sus vidas.

En ella, tal y como ocurre en ambos padecimientos de manera independiente, las causas de tener ansiedad y depresión al mismo tiempo no están totalmente definidas, ya que, en cada caso particular, existen elementos sumamente variados, que no se consideran un patrón totalmente claro que pueda servir de guía.

Aunque sí se estima que el cuadro de ansiedad depresiva está relacionado a ciertos elementos detonantes o factores de alto riesgo, los cuales son situaciones en las que las personas se vuelven más propensas a desarrollar este tipo de padecimientos.

Si quieres evitar que te ocurra, entender estos signos de alarma o causas indirectas puede ser de gran utilidad, ya que te puede indicar qué situaciones evitar o disminuir de tu vida para reducir tu riesgo personal. Entre ellos, se pueden encontrar las siguientes:

  • El exceso de estrés
  • Cargas laborales demasiado pesadas
  • Situaciones traumáticas como accidentes o la muerte repentina de un ser querido
  • Falta de sueño
  • Cambios drásticos en tu vida, como una mudanza, pérdida de empleo, nacimiento de un bebé o divorcio
  • Diagnóstico de enfermedades que requieren tratamiento extenso
  • Estancamiento en el progreso laboral

Depresión con ansiedad: síntomas más comunes

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Debido a la complejidad de la depresión ansiosa, es normal que, quienes deban enfrentarla, muchas veces no cuenten con un diagnóstico real. Conocer su sintomatología puede ser de gran ayuda en este sentido, ya que, así, puedes tener presente señales de alarma que te indiquen cuando es necesario buscar ayuda y empezar un estudio directo y más focalizado que te lleve a una respuesta clara.

En ella, la sintomatología no puede cumplir con la totalidad de los elementos que llevan a la conclusión de que padeces ansiedad o depresión, sino que debe siempre ser a un grado inferior, presentando algunas carencias tanto en cantidad de síntomas como en intensidad, hasta el punto de que tampoco sea posible realizar un diagnóstico doble.

Cómo identificar los síntomas de la ansiedad con depresión

Poder determinar con mayor precisión si realmente se trata de un trastorno depresivo con ansiedad no es tan fácil como analizar ambos problemas por separado, ya que, por lo general, un paciente que experimenta síntomas de depresión con ansiedad muestra un cuadro bastante particular, en el que se incluyen los siguientes aspectos:

Síntomas anímicos o emocionales

En este grupo sintomático aparecen la mayoría de los elementos, los cuales constan principalmente de aquellos síntomas que tienen en común la ansiedad y la depresión, sumado a algunos independientes.

Aunque se expresan de forma distinta entre cada paciente, al punto de que no aparecen todos a la vez en una misma persona, es necesario tenerlos en cuenta, ya que tener frecuentemente algunos de ellos puede ser una señal de alarma que te indique que algo no está del todo bien.

Entre estos elementos, se encuentran:

  • Bajo estado anímico
  • Ansiedad y preocupación con carácter predominante
  • Falta de concentración
  • Pensamientos relacionados con suicidio
  • Pérdida de la libido o interés sexual
  • Preocupación constante
  • Pérdida de interés en las actividades que antes solías disfrutar
  • Intranquilidad y tensión

Síntomas físicos

En este segundo grupo, se incluyen principalmente aspectos considerados como síntomas físicos de la depresión nerviosa, a los cuales los acompaña una serie de elementos más característicos de la ansiedad, tal y como sucede con el grupo sintomático antes descrito.

En este caso, los síntomas físicos, son los que más requieren ser resaltados, debido a que, entre ellos, se encuentran los aspectos que abarcan una más amplia variedad, la cual genera que debas estar atento a muchos más elementos y que en la mayoría de los casos sea justamente allí en donde se percibe antes la presencia de tu trastorno depresivo con ansiedad.

En sí, la lista de consecuencias físicas es muy amplia, por lo que para darte una idea más clara de lo que deberías esperar, a continuación te menciono los considerados como principales:

  • Cambios drásticos en tu rutina de sueño o incluso la presencia de trastornos como insomnio
  • Mareos
  • Nauseas
  • Temblores en algunas zonas del cuerpo, principalmente las piernas
  • Sudoración excesiva en las manos
  • Pérdida de energía aunque no estés haciendo ninguna actividad
  • Resequedad en la boca
  • Palpitaciones o cambios en el ritmo cardiaco
  • Aumento en la cantidad de comida que ingieres o por el contrario una fuerte inapetencia
  • Dolores de cabeza

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