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Educación emocional: Actividades para que niños, adolescentes y adultos la practiquen de forma eficiente

Todos, sin importar la edad, necesitan aprender a manejar sus emociones e identificarlas como lo que son en realidad, una parte indispensable de la vida que está presente en cada uno de los aspectos que se presenten, tanto positivos como negativos.

Aprender de las emociones y desarrollar la habilidad de inteligencia emocional es una tarea un tanto compleja que requiere años de enseñanza en niveles que incluyen la teoría y la práctica. La buena noticia es que puede practicarse a través de distintos campos como el arte, la literatura y demás.

Una de las cosas que puedes hacer desde tu hogar para lograrlo, es poner en práctica actividades de educación emocional, entre las que se incluyen las mencionadas a continuación, las cuales están clasificadas según la edad objetivo, así puedes elegir sea que quieras para ti o tus hijos.

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Índice de contenidos📚:

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Actividades de educación emocional para infantes y niños de primaria

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La primera etapa de la vida en la que es necesario comenzar a trabajar la inteligencia emocional a través de la educación en el ámbito de los sentimientos es en la infancia. Ya que esta habilidad, como la mayoría de su tipo, se asimila mejor en un cerebro en desarrollo, el cual no está del todo moldeado para actuar según algún tipo de pensamiento.

Si tienes niños en tu hogar y quieres que comiencen a poner en práctica algunas actividades para educación emocional que los ayuden a ir entendiendo los aspectos básicos de la salud mental, lo más conveniente es que empieces a educarlos a través del juego. Ya que, como sabes, esta es su principal fuente de información y enseñanza, para ello, una de las cosas que puedes intentar es probar uno de los siguientes juegos:

Juego del espejo

En este juego, pensado para niños de 3 a 6 años, la idea es aprender a identificar en el espejo la forma en la que lucen las emociones. Pídele al pequeño que comience a imitar las caras de las emociones principales, alegría, tristeza, ira, miedo y asco, así, empezará a entenderlas como elementos independientes tanto propios como de terceros.

Las caras de las emociones

Se trata de un juego pensado para niños en edades de 2 a 4 años que precede al antes descrito. En él, la intención no es precisamente aprender cómo lucen las personas cuando experimentan emociones, sino saber distinguirlas unas de otras en un formato mucho más simple.

La idea del juego es que, a través de los clásicos emoticonos, los niños descubran cómo se ven las emociones básicas y algunas más complejas, así, empiezan a detectarles y evitas que puedan llegar a confundirlas en el punto inicial de su desarrollo psicológico.

Adivina la emoción

Para los niños más grandes, existen juegos variados, entre los que se incluye este. La idea de adivina la emoción es que se presente un cuento breve donde el protagonista viva un hecho que lo lleve a desarrollar un sentimiento concreto, el cual no será revelado en la historia, para que, al final, los niños sean quienes deban analizar y descubrir qué estaba ocurriendo.

Educación emocional: actividades para mejorar la inteligencia emocional en adolescentes

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En el caso de que en tu hogar ya los pequeños no estén en edad de juegos, sino que sean adolescentes, las actividades de activación de recursos para educar en emociones antes mencionadas no solo no darán el mismo efecto, sino que pueden aburrir o cansar al joven.

En esta etapa de la vida, la mente ha logado una gran madurez, aunque le falta bastante camino para que el joven ya sea considerado un adulto, por lo que, para avanzar temas de educación emocional, sigue siendo necesario enfocarse en estrategias específicas, diseñadas para atraer a los adolescentes y permitirles un desarrollo integral según su capacidad emocional.

Entre las distintas opciones para poner en práctica, se recomiendan principalmente las siguientes:

Análisis personales de emociones

Para jóvenes entre 14 y 17 años, una actividad bastante interesante es el análisis personal de emociones, aunque cabe aclarar que, con él, hay que ser cuidadoso. La idea de esta actividad es que, en una hoja blanca, el joven pueda identificar y plasmar la respuesta a distintas preguntas en ámbito emocional, como: ¿Qué emoción estoy sintiendo ahora? ¿Qué la desencadenó? Y ¿Qué puedo hacer al respecto?

Muchas veces, esos análisis personales, permiten que el joven pueda tener una idea más clara de sí mismo y de la manera en la que tanto él como quienes lo rodean reaccionan ante los sentimientos y acciones, así, empieza a desarrollar su habilidad de regulación emocional y descubre aspectos como la influencia de sus actos.

Actividades de activación de recursos para educar en emociones enfocadas en el público adulto

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Como te explicaba más arriba en este tema, no solo los jóvenes deben dedicar algo de su tiempo al desarrollo de habilidades de inteligencia emocional a través de la educación, sino que este es un aspecto que debe ser manejado a lo largo de la vida.

La desventaja moderna, es que la gran mayoría de quienes ahora son adultos, jamás han puesto en práctica actividades de educación emocional, por lo que no tienen este aspecto de su mente tan desarrollado como se debería. Por ello, como punto de partida para ir inculcando el hábito se puede intentar lo siguiente:

Leer libros de control emocional

En el mercado existe una enorme cantidad de libros que buscan enseñar aspectos clave de inteligencia emocional, como el reconocer los sentimientos, regular las emociones o el desarrollo de habilidades de motivación y automotivación.

Analiza situaciones pasadas

Muchas veces, las personas no sabemos aprovechar la gran ventaja que significa nuestra memoria para aprender ciertos aspectos, algo que resulta bastante práctico si lo quieres profundizar en el tema sobre tus emociones.

Intenta poner en práctica el ejercicio de rememorar, empieza a analizar momentos que han pasado hace poco, e identifica cada uno de los aspectos implicados, como la emoción dominante, si de alguna manera fuiste responsable de hacer sentir mal a alguien o cualquier otro punto a resaltar.

Luego, escríbelo en un lugar seguro y, a través de él, crea un mapa de emociones, con el que más adelante puedas irte analizando a ti mismo para entender mejor cómo funciona el aspecto emocional en tu mente.🙌