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¿Qué tanta relación existe entre la depresión y alcohol?

El consumo de alcohol es una de las formas más comunes de entretenimiento social entre personas adultas. En días de fiesta, celebraciones especiales o en momentos particulares, la mayoría de las personas disfrutan de beber al menos una o dos copas por simple placer.

Pero, algunas veces, esta ingesta se termina volviendo un tema de preocupación tanto para quien consume como para los de su entorno. Y es que, aunque se considere una bebida social, el alcohol no deja de ser una droga legal que puede terminar generando adicciones y problemas de salud.

Uno de estos, es la relación entre la depresión y alcohol, un asunto de cuidado que todos debemos tratar. En este post, te voy a estar hablando un poco sobre ello, para que entiendas si es verdad que el consumo lleva a la depresión, por qué se recurre a esta medida y cuál es la salida a tomar.

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Índice de contenidos📚:

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¿Es verdad que el alcohol es depresivo?

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La relación que hay entre los trastornos depresivos y la ingesta de alcohol es un problema que se debe analizar desde diferentes ángulos, ya que depende de varios factores. En ello, lo primero que hay que entender es que estos dos elementos sí están bastante correlacionados, por lo que cuando se habla de depresión, siempre la ingesta de sustancias alcohólicas debe verse como un elemento que aumenta el riesgo.

El alcohol puede llegar a causar depresión

Lo quieras o no, el alcohol y depresión están unidos desde su propio origen. A través de los años, muchos estudios han buscado entender si es verdad que las bebidas alcohólicas llevan al desarrollo de problemas emocionales, llegando a la conclusión de que efectivamente sí se considera una causa bastante fuerte.

Si bebes esta clase de sustancias muy a menudo, al punto de llegar a desarrollar un grado de alcoholismo así sea leve, tu sistema nervioso se verá fuertemente afectado, a la vez que verás surgir en ti un deterioro tanto psicológico como físico cada vez más alto.

Esto, a la larga, te va a llevar a desarrollar problemas variados de salud, deterioro de tus facultades mentales, una fuerte disminución o incluso rompimiento de tus relaciones sociales y un marcado descuido personal en general. Situaciones que aumentan el riesgo de desarrollar trastornos como la ansiedad o la depresión.

El alcohol es un escape a la depresión, otro aspecto de la relación entre depresión y alcohol

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En la otra cara de la moneda que une a la depresión y alcoholismo, se encuentra la faceta a la que acuden quienes ya presentan este trastorno. Muchas veces, cuando estás deprimido, buscas métodos de escape que te ayuden a aliviar los síntomas y lograr ya sea un equilibrio momentáneo o el olvidar por un tiempo el padecimiento.

Uno de estos, el cual quizá se encuentra entre las opciones más buscadas, es el alcohol. El problema es que, en la gran mayoría de los casos, estos escapes se vuelven una especie de obsesión y cada vez el paciente los termina buscando más a menudo, al punto de que llegas prácticamente a depender de ellos para mantenerte.

En el caso de las bebidas alcohólicas, este factor se focaliza y concentra todavía más, al punto de que es mucho más probable que llegues al nivel de dependencia que a comparación de otros métodos, llegando a desarrollar una depresión alcohólica, ya que, como sabes, estas de por sí son un producto que se considera un vicio potencial.

Trastorno depresivo y alcohol: ¿Por qué las personas deprimidas acuden tan fácil a las bebidas alcohólicas?

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Uno de los puntos que más preocupa a los doctores y familiares de pacientes con depresión es que caigan en la tentación de comenzar a beber, ya que salir de esta combinación autodestructiva no es nada sencillo. Si estás pasando por esta situación, seguro una de las grandes dudas que tienes es por qué es tan fácil para alguien deprimido empezar a beber.

Esto es sencillo de entender, y es que ven en el alcohol una especie de escape. En este caso, la huida se da gracias a las características propias del estado de embriaguez, en el cual se te proporciona una sensación de liberación en el que te olvidas del estrés, sube tu autoestima, te sientes eufórico y entras en estado de desinhibición.

Gracias a esto te “liberas” de las sensaciones que trae la depresión, pero, claro, por un tiempo limitado. Una vez pasan los efectos, tu mente vuelve a la normalidad y las sensaciones desagradables aparecen otra vez, lo que por lo general te lleva a la idea de volver a beber alcohol con depresión y así repetir la experiencia.

¿Cómo se debe terminar con la relación entre alcohol y depresión?

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Entender que el alcohol es depresivo es el primer paso para lograr una mejoría en este tema, pero, sin duda alguna, falta bastante camino por recorrer. Si presentas alcoholismo y a la vez un trastorno depresivo, no importa cuál haya sido el detonante del otro, ya que en ambos casos el tratamiento debe recibir el mismo enfoque.

Para lidiar con ello, no puedes tratar ambos problemas en conjunto, y ni siquiera al mismo tiempo, sino que la manera correcta es trabajar primero en la adicción y, una vez superada, proceder a tratar el trastorno depresivo con el método que más te genere confianza.

¿Cómo superar tu alcoholismo?

Actualmente hay varias maneras de empezar a trabajar para superar la adicción al alcohol, pero siempre depende del empeño e interés del paciente. Lo primero es que estés consciente que tienes un problema con la bebida y que es momento de controlarte.

Cuando tengas esto en claro, busca apoyo en tus seres queridos, exponiendo tu interés en dejar de beber y procura encontrar una manera más sana de drenar tus emociones, como la práctica de deportes o alguna habilidad manual, así tendrás una forma de distraerte y de empezar a tratar poco a poco tu problema de trastorno depresivo y alcohol.

Puede parecer difícil al comienzo, pero ¡ánimos, seguramente lo vas a conseguir!