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Conoce todo sobre miedo a la oscuridad, una de las fobias más comunes que existen

Desde cuentos hasta historias y películas de terror, el miedo a los lugares oscuros siempre se ha visto como una de las más grandes herramientas para conectar con el lado más atemorizante de la vida, sin importar si estamos hablando de niños pequeños o de personas ya adultas.

Y es que esta fobia conocida por todos, es famosa por la gran frecuencia con la que afecta a millones de personas, quienes no niegan a admitir que estar en ambientes con poca luminosidad despierta en ellos, distintos síntomas, pensamientos de angustia y, en general, un fuerte rechazo.

Si has tenido que vivir con miedo a la oscuridad, o quieres entender mejor a alguien que amas, en este tema conseguirás grandes respuestas, como el verdadero nombre de esta fobia, por qué también afecta a los adultos, cómo saber si alguien la posee y que técnicas te ayudan a reducirla.

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Índice de contenidos📚:

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Descubre cómo se llama la fobia a la oscuridad

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El miedo a los lugares oscuros, a pesar de ser una de las fobias más comunes que existe, suele estar oculta bajo una gran cantidad de interrogantes. Y es que, para muchos, el solo saber de qué se trata es más que suficiente para creer que la entienden, pero en realidad sobre ella hay mucho que aprender.

Uno de estos datos, de cierta forma necesarios, es justamente su verdadero nombre, o la manera en la que los expertos suelen llamar a quienes se ven en la desafortunada situación de tener que vivir con este miedo.

En sí, el diccionario muestra a la fobia a la oscuridad con el nombre de nictofobia, y se refiere de una forma más concreta a ese miedo irracional que aparece en los lugares oscuros, generado por una percepción tanto distorsionada como anticipatoria de los peligros que podrían estar ocultos en los ambientes muy poco iluminados o en total oscuridad.

¿Por qué el miedo a la oscuridad no solo se presenta en niños?

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Desde siempre, se nos ha intentado enseñar que la fobia a los lugares oscuros o a la oscuridad en sí, es un problema emocional que solo se puede presentar en niños pequeños, y que una vez entrada a la adultez, lo normal es que las sensaciones incómodas relacionadas a la falta de luz queden totalmente en el pasado.

Pero si bien en realidad sí es un padecimiento muchísimo más habitual en pequeños, al punto de que la gran mayoría de ellos lo presenta en alguna etapa de su desarrollo y lo superan de forma evolutiva al crecer y enfrentarlo, la nictofobia también puede llegar a afecta a adolescentes, adultos e incluso personas ya mayores.

La razón principal de esto es que, en los adultos, la formación de este pánico no está asociada concretamente a la falta de luz, sino más bien es una manera de expresar síntomas de otra clase de fobia, la cual sí es muy habitual en mayores.

Si eres mayor de edad y presentas miedo a la obscuridad o a la noche, lo más probable es que estés reflejando que padeces de un caso de claustrofobia, o temor a los lugares cerrados.

¿A qué se debe esto?

La razón de la asociación entre nictofobia y claustrofobia en los adultos es muy simple, y es que, al estar en lugares oscuros, aunque tengas suficiente espacio para moverte o incluso si estás al aire libre, tu mente lo asocia con el encierro y te hace sentir que no hay escapatoria de allí.

Por ello, envía señales de alarma que, aunque son producidas por la fobia a estar en un lugar sin salida, se expresan a través de un miedo irracional que interpretas como generado por la propia oscuridad.

¿Cómo se siente el miedo a la obscuridad?

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Ahora que ya sabes cómo se llama la fobia a la oscuridad y por qué los adultos también lo presentan,  lo siguiente es que puedas identificar si estás o no presentando el problema. Esto se hace de una forma muy simple, y es conociendo y detectando los síntomas más frecuentes, aquellos que se presentan en la mayoría de los casos, los cuales son:

    • Tendencia a evitar los lugares muy oscuros
    • Miedo irracional al llegar la noche, principalmente si estás en un lugar con poca luz o que no conoces
    • Tener necesidad compulsiva de mantener una luz encendida en las noches
    • Ataques de pánico cuando estás en la oscuridad
  • Síntomas físicos como temblores, mareos, vómitos, sensación de confusión, malestar abdominal y entumecimiento de las extremidades

Algunas técnicas efectivas para dejar atrás el conocido miedo a la noche

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A pesar de que efectivamente se trata de un padecimiento bastante natural que llega a presentarse a casi cualquier edad, el miedo a los lugares oscuros no deja de ser un problema sumamente limitativo, principalmente para los adultos, ya que, de una u otra manera, les impide desenvolverse de forma natural en ciertas circunstancias.

Por ello, cuando debes vivir con ello, aprender cómo no tener miedo a la oscuridad es algo más que esencial y para lo que, por ventaja, se han logrado desarrollar distintas estrategias, incluyendo las siguientes:

Empieza a apagar la luz voluntariamente

Si acostumbras a dormir con la luz encendida debido a tu miedo a la oscuridad, intenta poco a poco ir cambiando esto. Puedes iniciar cambiando la bombilla por una lámpara pequeña y luego ir voluntariamente reduciendo la cantidad de iluminación hasta que ya te sientas cómodo con la idea de dormir con las luces apagadas.

Busca situaciones en las que puedas estar a oscuras durante el día

Muchas veces el miedo a los lugares oscuros está más expresado como un miedo a la noche, por lo que, por costumbre, solemos creer que es en este horario que más conviene resolverlo, cuando en realidad al inicio del tratamiento es más indicado buscar durante el día situaciones controladas en las que debas estar con muy poca luz.

¿Te ha costado mucho superar tu fobia a los lugares oscuros? ¡Puedes lograrlo, no te desanimes!