Alimentos «Prohibidos» a Evitar si Sufres de Ansiedad
El estrés es un problema común en la sociedad actual. Estamos constantemente bombardeados con tareas y plazos que nos dejan abrumados e incapaces de concentrarnos en lo que debemos hacer.
Para evitar que el estrés sea todavía mayor, es absolutamente esencial que evites una serie de alimentos prohibidos para la ansiedad.
Tanto si sufres de ansiedad como si conoces a alguien que padezca este trastorno (que probablemente sí), quédate conmigo porque este artículo te va a ser de gran utilidad.
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índice de contenidos 📚:
- Razones de que existan alimentos malos para la ansiedad
- Alimentos que producen ansiedad
- El círculo vicioso de los alimentos perjudiciales para el estrés
- Hábitos para evitar los alimentos que empeoran el trastorno de ansiedad
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Razones de que existan alimentos malos para la ansiedad
El metabolismo del cuerpo humano es realmente complejo, y existen cantidad de sustancias que pueden generar más estrés del debido, especialmente si el propio cuerpo no es capaz de reducirlo por su cuenta.
Lo cierto es que, aunque no quiero entrar en este tema ahora, en la actualidad existe una cantidad de alimentos adictivos y poco nutritivos alarmante. La razón principal, por supuesto, es económica. Si consigues que alguien se vuelva adicto a tu producto, ya tienes un cliente fiel.
Si ese producto además genera ansiedad, ahora el cliente es doble: te compra la droga y el fármaco para paliar sus efectos nocivos.
Pero vayamos al grano, a lo que nos concierne hoy… y dejemos este tema tan interesante para otra ocasión, ¿Te parece?
Alimentos que producen ansiedad
A continuación te voy a mostrar los principales grupos nutricionales entre los que se encuentran los principales tipos de alimentos que debes evitar si padeces ansiedad.
Embutidos
Entre los alimentos que generan ansiedad (o empeoran los niveles actuales) encontramos, entre otros, a los embutidos.
Al igual que la mayoría de alimentos procesados, son ricos en grasas saturadas (las cuales no son malas en sí mismas) y en grasas trans (estas sí que son nocivas).
Según un estudio de la Universidad de Loma Linda (California), los roedores con consumieron más grasas saturadas durante la adolescencia vieron empeoradas sus capacidades para lidiar con el estrés en la edad adulta.
Este tipo de alimentos tienen la capacidad de producir ansiedad debido a que dañan los sustratos neuronales durante el desarrollo del individuo.
De modo que, no solamente se trata de alimentos que provocan estrés en el momento presente (debido a ser pro-inflamatorios) sino que se trata de comida a evitar para ansiedad futura, pues reduciría las capacidades para lidiar con ella.
Café
El café es otro de los alimentos prohibidos para el estrés, como probablemente ya estuvieses intuyendo al comenzar a leer este apartado.
La cafeína contenida en el café es en sí mismo un excitante, el cual puede agravar un trastorno de ansiedad de manera rápida y peligrosa.
Sustancias excitantes como la cafeína del café o la conocida teína del té son sustancias a evitar cuando hay ansiedad, pues pueden aumentar rápidamente nuestro nerviosismo.
Es cierto que el consumo de este tipo de sustancias depende de diversos factores, como por ejemplo, si estamos consumiendo las sustancias en ayunas, o si tenemos o no una gran tolerancia a la cafeína…
En caso de que seas una personas que consume bastante café, en lugar de eliminarlo drásticamente y sufrir un síndrome abstinencia, te recomiendo que lo que hagas sea ir reduciendo las dosis semana a semana.
Alcohol y ansiedad
Realmente no sé siquiera si puede ser considerado alimento, pues las siete kcal que cada gramo da alcohol aporta son completamente vacías.
No obstante, lo que sí sabemos es que se trata de otro alimento malo para los trastornos de ansiedad, puesto que actúa como depresor del sistema nervioso, aumentando la gravedad de los estados depresivos y ansiosos de quien los consume.
Ocurre algo parecido a cuando se ingiere comida a evitar en caso de estrés como el azúcar. El alcohol, al igual que el azúcar, es capaz de provocar un periodo de subidón, de euforia, de liberación de estrés incluso… pero todo ello es temporal, ya que la caída posterior te lleva a un lugar más hondo que desde el que procedías.
Tanto el alcohol como el azúcar para intentar evadirse de un estado ansioso son ejemplos claros de lo que significa dejarse llevar por una gratificación instantánea que es nociva a la larga (y no tan larga).
Por desgracia, ésto ocurre demasiado en la sociedad actual… pero ese es un tema que vamos a tratar un poco más adelante…
Bollería industrial
Otro de los tipos de alimentos que empeoran la ansiedad son aquellos que conocemos como bollería industrial, snacks o procesados, los cuales por desgracia llenan pasillos enteros en los supermercados.
La combinación de grasas con cantidades ingentes de azúcar hace que este tipo de «alimentos» sean realmente adictivos, lo cual acarrea otro problema más: su abstinencia también es capaz de generar estrés.
De modo que no solamente debe lidiar tu cuerpo con el estrés que ese tipo de productos le generan (y que agrava la ansiedad), sino que también deberás lidiar con el «mono» que genere.
Eso sí, cuando consigas superar la adicción, te sorprenderá lo poco que te apetecerán esos productos.
Recuerdo que a mí me sucedió algo parecido con los donuts…
Se trataba de un producto que me volvía loco, que me hacía realmente «feliz» cuando mi madre me lo ponía para desayunar…
Ese azúcar tan sabroso recubriendo ese blandito bollo hacía que se me cayese literalmente la baba…
Pero llegó una época de mi vida en la que dejé de comerlos debido a que me mudé a vivir a un piso de estudiantes. Como se me olvidaba comprarlos, dejé también de comerlos, hasta que un día me visualicé comiendo un donuts y vi que mi cuerpo ni siquiera me lo pedía. Al contrario: le causaba cierto rechazo.
Así es como comprendí que los alimentos que provocan ansiedad y adicción solamente te los pide un cuerpo adicto. Cuando el cuerpo está limpio, esas «ganas» desaparecen.
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Suplementos como el Ginseng
El ginseng es un suplemento de origen japonés que muchas personas utilizan para mejorar sus funciones mentales y deportivas, por su capacidad de mejorar la concentración y reducir la fatiga.
No obstante, también puede ser clasificado entre los alimentos que generan estrés, puesto que es capaz de generar nerviosismo. Aunque no es tan grave como en el caso de la cafeína, debes ser cuidadoso a la hora de consumir este alimento, y quien sabe, quizás incluso evitarlo si sufres un trastorno de ansiedad intenso.
El círculo vicioso de los alimentos perjudiciales para el estrés y ansiedad
Una de las cosas que debes tener siempre muy presentes y que ya hemos comentado brevemente es el efecto de los círculos viciosos en los alimentos perjudiciales para la ansiedad.
Encontrarse sumido en un profundo estado de estrés y ansiedad produce dolor, y los seres humanos, al igual que el resto de animales, tienden a huir del dolor y a acercarse a lo que les da placer.
Pero en el caso de los seres humanos, además, contamos con un poderoso instrumento que es nuestra mente, la cual es capaz de convencernos de que obtener un poco de placer a través del alcohol o de bollería llena de azúcar es buena idea.
Te dirá que esta vez está bien… solo una vez…
Pero…
¿Realmente le crees? ¿Cuántas veces «esa vez» iba a ser la última?
Como vamos a ver a continuación, debes ser extremadamente tajante con este tipo de cuestiones, y hacer lo que es correcto a cada momento, no lo que el cuerpo pida porque ello le va a generar placer (y así se va a poder evadir un rato).
Hábitos para evitar los alimentos que empeoran el trastorno de ansiedad
A continuación te voy a dar una serie de consejos que puedes llevar a cabo con el fin de evitar los alimentos no recomendados para la ansiedad.
No compres alimentos nocivos para la ansiedad
Uno de los tips más efectivos es simplemente que evites comprar la comida que genere estrés. Si no lo tienes en casa, probablemente no lo comerás.
Debes tener presente que cuando el cuerpo desea evadirse del dolor con algún tipo de alimento, lo que desea es obtenerlo lo antes posible. Si lo tienes en la nevera o en el armario, la tentación será demasiado grande.
En cambio, si tu mente debe colocar en una balanza si le merece la pena el esfuerzo de salir de casa para comprar ese alimento, probablemente el veredicto sea que no merece la pena. Supondría demasiado esfuerzo para un placer tan efímero.
Haz una lista de lo que tienes permitido comer
Debes ponerte serio o seria si lo que quieres realmente es evitar alimentos que provocan trastorno de ansiedad, o que lo agravan.
Aunque al principio sea algo tedioso, es muy útil que te prepares una tabla con lo que puedes y no puedes comer cada día.
Ésto no tiene por qué ser un sufrimiento, puesto que las comidas no tienen por qué ser aburridas. El hecho de tener todo organizado y apuntado en un hoja permite que no tengas que gastar energía mental para saber qué comer cada día, y puedas reservar esa energía para hacer frente a las tentaciones que surjan.
La fuerza de voluntad, aunque es algo que se puede entrenar, es limitada, y si una tentación acecha en el momento que has vaciado el depósito, será muy difícil que puedas hacerle frente.
Si vas a tomar algo nocivo, que sea como premio
En caso de que estés pensando en consumir algún alimento perjudicial para tus niveles de estrés, es absolutamente vital que lo hagas como premio a haber hecho las cosas bien.
Por ejemplo, quizás te sirva como motivación comer tus galletas favoritas después de haber hecho las cosas bien durante toda la semana.
Eso sí, debes tener muchísimo cuidado con que sea simplemente un premio y no un día entero de premios. Si no eres capaz de controlarte, no lo hagas.
Sé paciente
Como con cualquier hábito que haya adquirido el cuerpo a lo largo del tiempo, será difícil que notes mejorías muy rápidamente.
En cambio, lo que puede ocurrir es que al principio tu cuerpo se resista a dejar de comer esos alimentos que estaban empeorando la ansiedad durante algún tiempo.
Y aquí está la clave. Si te colocas todas las facilidades posibles y eres capaz de aguantar esa fase, vencerás.
Cuando quieras darte cuenta, verás que tus niveles de estrés y ansiedad ya no son los de antes, y que, además, ya ni siquiera te apetece comer ese tipo de comida tan nociva para la ansiedad.
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