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Ansiedad y cansancio: ¿Están relacionados?

Por costumbre, nos han enseñado a asociar las crisis de ansiedad con síntomas como falta de aire, mareos, pulsaciones, palpitaciones en el pecho, presión o demás, todos signos de alarma que, por su naturaleza, terminan por llevarte a un estado de alerta extrema.

Pero, a pesar de que estos sean los síntomas más frecuentes ¿Qué pasaría si en vez de ellos, se manifestara todo lo contrario? Aunque muchas personas lo desconocen, la verdad es que la ansiedad también puede asociarse a signos mucho más sutiles y menos volátiles como, por ejemplo, el sueño y cansancio extremo.

Este síntoma, muchas veces pasa desapercibido, al punto de que hay quienes, por expresar de esta manera su trastorno de ansiedad, hasta el día de hoy no han logrado identificar si realmente tienen o no este problema psicológico. Por ello, a continuación te explico todo lo que necesitas saber sobre la relación entre ansiedad y agotamiento, a qué llamamos cansancio por ansiedad, a qué se puede estar debiendo este signo y qué puedes hacer al respecto.

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Índice de contenidos📚:

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¿Qué es el cansancio y agotamiento por ansiedad?

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Si has padecido ansiedad, debes saber que esta enfermedad presenta una larga lista de síntomas que varían entre una y otra persona. Estos signos de alarma, suelen clasificarse según su intensidad, y van desde elementos psicológicos o mentales hasta signos físicos bastante fáciles de identificar.

El cansancio por ansiedad se cataloga entre las consecuencias físicas o neuronales de este problema y se trata de un agotamiento extremo dado antes o después de una crisis de ansiedad.

Puede aparecer en personas de todas las edades y muchos lo consideran una señal de alarma que avisa que el organismo está pidiendo ayuda para lograr lidiar con la tensión excesiva que trae el tener que lidiar con los problemas de ansiedad y sus causas.

¿Cómo se expresa?

Este signo propio de quienes padecen ansiedad intensa se puede expresar como cualquier otro tipo de agotamiento, lo que lo hace mucho más difícil de identificar. Al padecer ansiedad y cansancio a la vez, tu cuerpo, puede experimentar distintas reacciones.

Entre ellas, se encuentra el sueño, dolor de cabeza, fatiga, sensación de agotamiento, pérdida de energía exagerada, dificultad para concentrarte y, en general, todas las consecuencias que trae el cansancio común, con la diferencia de no estar relacionado a una causa convencional.

¿Por qué existe una relación entre ansiedad y cansancio?

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Como sabes, el agotamiento por ansiedad es considerado un signo de alarma al que hay que atender de inmediato. La razón de ello no es en sí la serie de consecuencias que se derivan de esta fatiga, sino, al contrario, sus causas.

Para muchos, este síntoma solo suele aparecer en personas que ya han presentado ansiedad por bastante tiempo, cuando el problema psicológico y todas las consecuencias que este deriva se han llevado hasta un nivel crónico.

Este cansancio a nivel mental termina ocasionando un agotamiento físico, debido a que tu mente se encuentra en un constante estado de alerta que no para en ningún momento, por lo que no tienen el tiempo de descansar y se ve saturada al tener que lidiar con el problema y seguir cumpliendo con sus funciones de la manera más eficiente posible.

Pero, aunque por sí solo sea un problema, debes estar más alerta si tu agotamiento se ve acompañado con los siguiente síntomas, ya que, aunque la ansiedad no mata pero fatiga, sí puede terminar generando efectos secundarios de los que te puedes arrepentir en un futuro.

Insomnio

La ansiedad y el cansancio se pueden expresar con sueño excesivo, pero, cuando aún con ganas de ir a la cama no puedes conciliar el sueño, debes actuar lo más pronto posible.

Uno de los efectos secundarios de la ansiedad es la activación de una espiral constante de pensamientos que ocasionan preocupación. Estos, cuando son exagerados, no permiten al cerebro tener su merecido descanso, lo que aumenta la fatiga y se acumula hasta llegar a alterar funciones básicas del organismo.

Tensión muscular

Si tu cansancio se expresa mediante dolor en los músculos al punto de que están demasiado tensos, lo más recomendable es buscar ayuda rápido, ya que esto es una clara señal de que tu cuerpo está empezando a sentir en lo más profundo el desgaste.

Ataques de pánico

La mayor señal de alerta en cuanto a la ansiedad y cansancio es la aparición de ataques de pánico, los cuales se dan cuando tu mente se ve tan saturada que no logra afrontar de manera adecuada situaciones cotidianas, lo que te lleva a entrar en crisis y perder el control.

Ansiedad emocional y cansancio: ¿Cómo evitarlo?

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Intervenir antes de que las cosas se salgan de control es la clave para mantener tu ansiedad a raya, si tienes crisis de ansiedad de forma frecuente, lo más importante es que comiences a aceptarlo y acudas a terapia psicológica, donde te guíen e instruyan en el camino hacia la recuperación.

Ese es el paso más importante, pero también puedes complementarlo con algunas de las siguientes acciones:

Aprende a jerarquizar tus preocupaciones

Puede sonar bastante complejo, pero es un paso de gran ayuda para evitar que la ansiedad y cansancio se vuelvan un problema serio.

En un papel, anota todo lo que te ha estado preocupando y comienza a analizar cuál de estos puntos en más importante que el otro y si existe alguno en el que realmente no puedas intervenir, para trabajar en la aceptación, así, lograrás un mayor control de tus problemas y te permitirás enfocarte más en las soluciones, lo que, a la larga, ayuda a reducir la ansiedad.

Apúntate en algún deporte

Para tratar la ansiedad de raíz, muchos expertos recomiendan canalizarla a través de la actividad física. Si presentas cansancio por ansiedad, este aspecto también puede ser de gran utilidad para activar tu cuerpo y ayudarlo a recobrar algo de la energía, canalizándola hacia un enfoque más didáctico.

Realiza ejercicios de respiración

Sin importar que tu ansiedad y agotamiento sean leves o moderados, los ejercicios de respiración son grandes aliados. Estos, ayudan a reducir el ritmo cardiaco y tranquilizar las emociones fuertes, lo que puede resultar perfecto tanto para conciliar el sueño como para prevenir ataques de pánico.

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