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Ansiedad o infarto: 5 claves para entender si es ansiedad o debes buscar ayuda de inmediato

Debido a que, en muchos casos, poseen una enorme similitud al comienzo de sus síntomas, tener un ataque de ansiedad y padecer de un infarto puede llegar a ser tan parecido que muchos pacientes, por error o ignorancia, terminan confundiéndolos.

Aunque ambos sean problemas serios que requieren de atención especializada, entre ellos, existe una enorme diferencia que hace que la urgencia sea distinta. Y es que, como sabes, si se trata de un infarto, es obligatorio recibir atención pronta, ya que, en él, la misma vida está en riesgo.

Por ello, es importante que, si sufres de ansiedad, tengas bien en claro cómo realmente diferenciar problemas como ansiedad o infarto y, para eso, a continuación, te explicaré cuales son las 5 claves más determinantes que pueden ser de utilidad para sacarte de dudas.

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Índice de contenidos📚:

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La intensidad y localización de las sensaciones, la diferencia básica para saber si presentas trastorno de ansiedad o infarto

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Si pensamos en una diferencia clara y muy marcada con la que puedes determinar si estás presentando un padecimiento o el otro, sin duda alguna, la primera pero también la más notoria de todas es la que te explicamos como punto principal de este artículo.

La intensidad y la localización, aunque pueden ser vistos como aspectos totalmente independientes, en realidad van tan relacionados que pueden ser marcados como una diferencia única, la cual requiere de una explicación independiente de cada una para lograr entenderlas del todo. Vamos por ello:

La intensidad de ambas dolencias

Tanto la ansiedad como el infarto pueden presentarse al inicio de forma muy simple, a través de la llegada de sensaciones leves y poco notorias, que, al poco tiempo, se empiezan a intensificar hasta volverse en su punto máximo de intensidad, siendo esta la razón por la que muchas personas confunden las sensaciones generadas por cada una.

La diferencia entre ambas, radica en el tiempo que tardan en llegar a tal punto y el dolor en sí que producen, por un lado, el infarto genera una sensación o dolor de tipo opresivo e intenso que se siente de manera punzante, pero el cual puede demorar incluso varias horas en tornarse hasta su máxima expresión.

Y, por el otro, la ansiedad, la cual, para sorpresa de muchos, puede brindar una sensación incluso más punzante que en el caso del infarto, aunque esta no es tan intensa y tarda menos en aparecer.

La ubicación de cada uno

Junto a intensidad, debemos mencionar la ubicación o localización, un aspecto determinante y que puede definir en pocos minutos a cuál de ellos estás comenzando a enfrentar, punto clave de cómo saber si es ansiedad o infarto.

Este factor es bastante simple, y es que, cuando se trata de un infarto, tus síntomas físicos solo se van a expresar en un área muy marcada, que sería el pecho, brazo izquierdo y el cuello, sea en más o menos proporción en cada una.

A diferencia de esto, la ansiedad es mucho más variada e impredecible. Un día puede expresarse en una zona aleatoria de tu cuerpo independientemente si ya la has experimentado allí antes o no, y en otras oportunidades llegar siempre al mismo espacio.

Aunque cabe aclarar que, debido a este aspecto de ser un dolor de cierta forma impredecible e independiente, también se puede notar en áreas similares al infarto, siendo esta la razón de la confusión, pero, en este caso muy difícilmente sea en brazo, pecho y cuello a la vez, sino que en solo uno de estos espacios.

La duración del ataque, el segundo punto para determinar si se trata de ansiedad o infarto

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Otro aspecto que puedes aplicar para definir si estás presentando un infarto y, por ende, requieres ir en búsqueda de ayuda médica especializada de inmediato, o si, por el contrario, se trata de una crisis de ansiedad que puedes manejar con las técnicas de costumbre, es entender cuánto dura cada uno en promedio.

Este aspecto es algo a lo que hay que prestar mucha atención y en realidad solo funciona de forma individual, si tú eres el paciente que está experimentando el problema o bien en el caso de que dicha persona te tenga la suficiente confianza para explicarte a detalle todo lo que le ocurre en cada momento.

La razón de esto, es que la diferencia en cuanto a la duración del infarto o ansiedad se determina con pequeños detalles, que resultan imposibles de observar si no tienes pleno conocimiento de las sensaciones implicadas.

En caso de infarto

Cuando se trata de un infarto, los primeros síntomas muy leves llegan de a poco en promedio de entre dos y tres horas antes de que se vuelva un problema tan intenso, pero, una vez se tornan sensaciones bastante marcadas, solo dura varios minutos antes de su fatídico desenlace.

Si es ansiedad

Por su parte, la ansiedad es una sensación de cierta manera más compleja, que se mantiene con una sintomatología activa con intensidad constante por tiempos variados que, en la mayoría de los casos, se encuentran en el rango de entre 5 y 20 minutos, antes de disminuir e incluso desaparecer.

Su relación con los sentimientos: La tercera de las diferencias que también puede causar infarto por ansiedad

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Esta tercera clave de la que te quiero hablar en este tema es una bastante especial, ya que, dependiendo de la dolencia que estés enfrentando, puede ser vista como un aspecto que las diferencia, o como una causa de un problema en el que están más relacionados que nunca.

Si estás padeciendo de una crisis de ansiedad, seguro sabes que, a lo largo de ella, quien la padece es totalmente incapaz de regular y controlar las emociones que está experimentando, por lo que puede pasar de estar feliz a presentar sensaciones de angustia, miedo, tristeza o demás, algo que resulta, de por sí, uno de los síntomas más característicos del problema.

En cambio, si estás padeciendo de un infarto, a lo largo de todo el proceso no vas a sentir ninguna alteración en tus emociones de la que no seas del todo consciente, ya que este padecimiento está relacionado con tu corazón y no con tu cerebro.

El infarto por ansiedad

Este punto de las sensaciones y emociones como te explicaba, es un aspecto que posee dos caras. Si bien de forma independiente un infarto no está relacionado con el estado anímico, sí puede ser la consecuencia directa en pacientes con alta probabilidad de enfrentarlos, como personas mayores de 50 o con sobrepeso.

En estos pacientes, existe una pequeña probabilidad de que una crisis en el estado de ánimo genere un infarto por ansiedad, en el que dicho problema médico en el corazón tiene causas neuronales y físicas. En ellas, el estado sentimental y las diversas sensaciones físicas que produce la ansiedad, como mareos, dolor de cabeza, palpitaciones y aumento en la respiración y frecuencia cardíaca, traen como consecuencia una falla en el corazón y, por consiguiente, un infarto.

Las variaciones en el dolor después de realizar algunas actividades: la cuarta clave para definir si es infarto o ansiedad

Un punto que muchos no tienen en cuenta, pero funciona perfectamente como un truco simple y efectivo para determinar si lo que estás sintiendo es un infarto o, si por el contrario, se trata de una crisis relacionada a la ansiedad, es entender cómo reacciona tu cuerpo ante alteraciones externas mientras experimentas cada uno de ellos.

Y es que, por complejo que pueda sonar, si durante el proceso centras tu atención en la práctica de ciertas actividades, verás cómo ocurren algunos cambios. Entre estos, podemos señalar los siguientes:

Empezar a hacer ejercicios de relajación

En el caso de que estés experimentando una sintomatología activa, puedes saber si estás enfrentando un trastorno de ansiedad o infarto si analizas cómo continúan las sensaciones después de poner en práctica ejercicios de relajación. En el caso de la ansiedad, estos ayudarán a que disminuya y empieces a sentirte un poco mejor, pero, en el infarto, este aspecto no trae ninguna variación en los síntomas.

Ingerir alimentos o bebidas

La ingesta de alimentos y bebidas siempre ha sido considerada una manera de calmar la sensación de ansiedad, pero, en el caso de un infarto, no posee ningún tipo de efecto, por lo que comer una golosina o simplemente beber un poco de agua puede ser una excelente forma de definir cuál es.

La presencia de otros síntomas, la última alternativa de cómo saber si es ansiedad o infarto

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Por último, puedes definir de forma simple si estás enfrentando ansiedad o infarto a través de la presencia de algunos síntomas que no comparten, los cuales, aunque no son demasiados, sí resultan los suficientes para tenerlos en cuenta.

Si observas la presencia de temblores, o notas hormigueos en las manos y pies, es muy probable que se trate de una crisis de ansiedad, ya que este tipo de padecimientos son muy extraños en los infartos.

Por el contrario, si entre las sensaciones experimentas nauseas profundas, sensación de quemazón en el pecho o pérdida de conocimiento, este caso es más probable que se deba a un infarto, por lo que la ayuda no debería tardar en llegar.

¡Presta mucha atención!

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